Un desierto es un ecosistema que recibe pocas precipitaciones. Tienen reputación de tener poca vida, pero eso depende de la clase de desierto; en muchos existe vida abundante, la vegetación se adapta a la poca humedad y la fauna usualmente se esconde durante el día para preservar humedad, lo que significa que un ecosistema desértico es árido.
Los desiertos tienen algunas características en común. El suelo del desierto está compuesto a menudo de arena, y puede haber dunas. El terreno rocoso es típico (un desierto cuyo suelo es de rocas o guijarros se llama con la palabra árabe hamada), y refleja el bajo grado de desarrollo del suelo, y la escasez de vegetación. Las tierras bajas pueden ser salares. Los procesos eólicos son factores importantes en la formación del paisaje.
Los desiertos pueden contener valiosos depósitos minerales que fueron formados en el ambiente árido, o fueron expuestos por la erosión. Debido a la sequedad de los desiertos, son lugares ideales para la preservación de artefactos humanos y fósiles.